“Nunca imaginé ver a mi localidad así”, sostuvó la profesora y agregó: “Internet en Mariano Moreno no es bueno”. Más de 160 alumnos lo saben, ya que a partir de que el virus ingresó al país (el 3 de marzo pasado) las aulas se cerraron y está impartiendo sus clases vía Facebook.
El coronavirus le marcó una nueva rutina y le hizo utilizar plataformas que nunca imaginó: “Es muy complicado, nunca pensé que debía usar Facebook para trabajar o que debía empezar a utilizar una plataforma para videollamada para tener reuniones”.
Además de ser docente, Cecilia es propietaria de un local de ropa para niños y adultos a dos cuadras de la plaza central de la localidad y pegada a su casa. Tiene a su cargo dos empleados, que en “este contexto de coronavirus se hace muy difícil pagarle los sueldos”.
Con auriculares puestos y una sonrisa pequeña, pero apenada por la incertidumbre que atraviesa, Cecilia describe la realidad que vive su localidad:
- ¿Cuándo fue la primera vez que escuchaste hablar del coronavirus?
- Era muy lejano, en China. Y recuerdo que lo primero que me llamó la atención eran los argentinos que se querían volver. Me preguntaba por qué y al final creo que lo entendí.
- Y
¿la primera vez que el virus cambió algo en tu vida?
- Sin dudas cuando pararon las clases. Bah, antes ya lo habíamos empezado a trabajar en la escuela porque aún no habían llegado los insumos de limpieza del año, entonces tuvimos que empezar a fabricar algunos. Con los alumnos empezamos a diluir y hacer alcohol en gel. Pero al poco tiempo mandaron a todos a la casa.
- ¿En qué aspecto sentis la pandemia te afectó?
- Cuando me cerraron la persiana del local. Fue terrible. No dejarme trabajar, duele. Pero aún duele más porque tengo dos empleados a cargo y no les pude terminar de pagar el sueldo de marzo. Solo les dí el 80 por ciento y nada más. No puedo. De los impuestos tampoco llegué a abonarlos, solo pagué algunos servicios y nada más. Es muy difícil y duele.
- ¿Los demás locales están en tu mismas situación?
- Sí, creo que como en todos lados. Yo que vendo ropa y no es producto de primera necesidad tengo estos problemas. Cerrados sin ingresar un peso y sin ahorros de dónde sacar. Los demás locales de productos de comida o supermercados están trabajando y no tendrán los mismos inconvenientes.
- ¿Hay desabastecimiento?
- Acá no. Hay algunos productos que te regulan la cantidad de compra, como el azúcar. Pero no, las góndolas están llenas, pero los precios caros. Aumentó todo y nadie habla de eso. Está bien que el problema es otro, pero la inflación fue altísima.
- ¿Y qué es lo que estás viendo en Mariano Moreno que nunca imaginaste?
- Nunca imagine ver gente con barbijos, colas en los comercios, las escuelas vacías. Es increíble. Y este panorama me genera mucha tristeza. El no tener contacto diario con mis alumnos... es muy triste. Duele.
Fuente: LM Neuquén.
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