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El joven Ítalo debe comenzar un tratamiento con cannabis medicinal para combatir su enfermedad

Con la esperanza a flor de piel para lograr una mejoría en la salud de su hijo Ítalo Uriel Enríquez, de 15 años, quien sufre esclerosis tuberosa, su madre Alejandra Fuentes dijo que es el primer neuquino en realizarse el tratamiento con cannabis medicinal.
Sergio Garro
Por Sergio Garro

La mujer explicó que el Estado otorga el presupuesto para este tratamiento con uso de cannabis “que lo legalizaron para algunas patologías. Cincuenta pacientes neurológicos lo van a realizar en el hospital Garrahan. Ítalo está en el primer lugar de la lista para realizar el protocolo de tratamiento con cannabis, comenzando el 26 de diciembre”.

Desde el primer año de vida, Ítalo toma anticonvulsivante que no ha podido controlar las crisis diarias. “Trato de contenerlo y ayudarlo, sé más que nadie el sufrimiento que padece”, explicó Alejandra.

Afirma que este tratamiento con cannabis es su esperanza para mejorar la calidad de vida de Ítalo. Se trata de aceite de cannabis que será suministrado por vía oral.

No requiere internación, por lo que Ítalo deberá ir diariamente al Garrahan donde se darán el aceite y luego le sacarán sangre para ver cómo evoluciona. Por esta razón, la familia debe radicarse tres meses en Buenos Aires y necesita ayuda para los gastos.

Ítalo tuvo la primera convulsión a los 6 meses y al año le diagnosticaron la enfermedad de base, con una expectativa de vida de 5 años. Ese fue el motor de arranque de esta familia de Zapala para ganarle la pulseada al destino y tenerlo con ellos todo el tiempo que fuera posible. “Yo no me resigné a ese triste papel y comencé a saber de la enfermedad y cómo enfrentarla más allá de la medicina y busqué todas las formas de ayudarlo, hasta con terapias alternativas como la equinoterapia”, explica Alejandra. Después se sumarían todos los profesionales de la Escuela Especial 5 Suyai de Zapala, que brindaron su valioso trabajo desde los 6 a los 10 años. En todos estos años de convivir con la enfermedad, Alejandra aprendió a ser enfermera, kinesióloga y hasta médica.

Duele ver las condiciones en las que la familia afronta esta dura realidad: un baño sin comodidades, una habitación en la que duermen Ítalo, sus padres y hermanas. Todo lo que tienen lo han conseguido a pulmón. Su único entretenimiento era un televisor donde miraba un canal de música, pero hace unos días un golpe de tensión lo quemó.

Para aquellas personas que estén interesadas en colaborar con los gastos, se pueden comunicar con Alejandra al teléfono (02942) 15690043 o acercarse a la vivienda ubicada en calle Elías Sapag y Saavedra.

Fuente: LM Neuquén.

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